domingo, 7 de abril de 2013

PARIS ROUBAIX: LAGRIMAS DE DOS CAMPEONES

Maravilloso, impresionante, sublime... son algunos calificativos que se le podría dar a esta edición de la Paris-Roubaix.

Lo que hemos podido contemplar va mucho más allá del ganar o perder. El rostro agónico de un gran Fabian Cancellara al llegar a meta, el cual, "muerto" de dolor por el esfuerzo y sacrificio no podía ni andar teniendo que ser ayudado por dos auxiliares de equipo o la cara de un jovencísimo Vanmarcke de tan solo 24 años, llorando desconsoladamente de rabia e impotencia sabedor que ha tenido en sus piernas la posibilidad de pasar a la historia no solo por vencer en el "Infierno del Norte" sino por batir a uno de los mejores con los que se podía enfrentar... Es por todas estas cosas por lo que todavía hace más especial a esta gran carrera.

Sin duda y a priori, Cancellara era el favorito número uno antes del inicio de la prueba y todo el pelotón era conocedor de ello. Más aún cuando este año no estaban presentes ni el belga Tom Boonen, ni "el bicho", el eslovaco Peter Sagan. Por lo que la táctica estaba clara para el resto de ciclistas: vigilar e intentar estar con el suizo cuando decidiera romper la carrera.

Una carrera "atípica" la de esta edición en la que con un ritmo altísimo, el pelotón contaba con muchos más corredores en los momentos ya importantes de la carrera de lo que se esperaba. De esta forma, iban pasando los kilómetros esperando todos el momento en el que el suizo se decidiera a romper la carrera. Y así sucedió.
Un cambio de ritmo de Fabian propició que el grupo cabecero formado por Vanmarcke, Stybar y Vandenbergh se convirtiera en cuarteto. Pero en pocos kilómetros, se redujo a dos debido a la caída primero de Vandenbergh provocado por un aficionado, y posteriormente a un problema por el mismo motivo que desencadenó en que Stybar tuviera que cambiar la dirección sacando el pie del pedal, siendo ya imposible recortar los metros perdidos. De esta forma, quedaban solos el suizo y el belga en cabeza para disputarse la carrera. Todo se iba a decidir al sprint.
Vandenbergh fue el primero en lanzarlo, pero no pudo con un Cancellara que pasaba pletórico con brazos en alto por la línea de meta del velódromo de Roubaix.

De esta forma, Fabian Cancellara vencía y se hacía con su tercera Paris Roubaix, seguido por Vanmarcke y por Niki Terpstra que logró el tercer puesto.
Por su parte, el español Juan Antonio Flecha logró un meritorio octavo puesto después de haberlo intentado durante toda la carrera pero sin las fuerzas y suerte necesaria en el día de hoy.

Ahora solo queda esperar 365 días para volver a disfrutar de nuevo de esta maravillosa carrera: La París Roubaix




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